El COVID-19 reduce significativamente la contaminación acústica

Desde que se decretase el estado de alarma por el COVID-19 el pasado 14 de marzo en España, se ha producido un descenso en los niveles de contaminación sin precedentes.

En las principales ciudades españolas, la reducción en más de un 60% del tráfico es lo más palpable, ya que ha beneficiado significativamente a la calidad del aire.

También ha habido una importante mejora en la reducción de la contaminación acústica, tanto en ciudades como en el mar. Según las mediciones de ruido medioambiental, el ruido en las ciudades con mayor densidad de población, como Barcelona ha descendido en un 50%. Por fin se escuchan los cantos de los pájaros. Cuestión impensable antes de la pandemia. Las mediciones de vibraciones en polígonos y zonas industriales, testimonian niveles por debajo de los 70 decibelios habituales. Aunque recordemos que lo permitido son 65 decibelios.

El descenso del tráfico marítimo ha mejorado las condiciones de vida y comunicación para muchas especies marinas, como los cetáceos que han encontrado el espacio idóneo y sin estrés que merecen.

Por tanto, convivimos en nuestro día a día con niveles indeseables de ruido, tanto en nuestro entorno laboral, en las calles, a nuestras horas de descanso. Y esto repercute negativamente tanto en nuestra salud como en la pervivencia de las especies animales que conviven con nosotros en nuestro hábitat.